TESTIMONIOS |
PEDRO Imagino que para acabar volando “colgado de un trapito y
con un ventilador en la espalda”,
hay que haber tenido siempre el deseo de moverse por donde lo hacen los
pájaros. Dada mi economía personal, la correspondiente a un “trabajador sin destacar”,
siempre creí muy difícil
cumplir este deseo, pero aun no conocía el Paramotor. Por fortuna me
vine a vivir a Montequinto, a donde cada tarde regresaba después de
trabajar y donde cada tarde aterrizaban no se qué clase de “locos individuos descerebrados”
que venían volando desde muy por encima del puente Quinto Centenario -
Que ya está alto – en un paracaídas
y con una hélice a motor en la espalda.
Al examinarlos de cerca me sorprendió descubrir que de locos tenían
poco, de descerebrados, tampoco mucho, mas bien encontré personas muy
normales, nada amantes del riesgo y grandes amantes del vuelo que
despegaban con dos zancadas y que aterrizaban, cada uno junto a su
coche, como el que baja en ascensor. Siendo de los que tenían vértigo
circulando por el Quinto Centenario, dije más firmemente de lo que yo
era consciente: Yo también quiero hacerlo. Allí mismo conocí
a Marino y en escasos días de visita, a la mayoría de sus alumnos, satisfechos
todos de estar volando y de haber
hecho para ello el curso que entonces comenzaba yo. De ese curso puedo hoy dar datos concretos, como que fueron 40 días
repartidos a lo largo de dos meses y medio, que tuvo mas de 60 horas prácticas
o que había estado en el aire, volando – y por fuerza aterrizando –
54 veces antes de hacerlo por primera vez con mi propio motor. Pero
también puedo dar mis vivencias personales, como que encontré la mejor
predisposición para acordar el momento de dar las clases, como que
encontré a un profesor que demuestra que si sigues sus instrucciones no
habrá ningún problema o como que encontré a una persona con el tacto
necesario para “empujarte” o “darte tiempo” tal como te hace
falta para que acabes disfrutando el vuelo. Hoy vuelo con el equipo que
compré para poder hacer el curso, con los que estoy mas que contento -
equipo y curso – y que recomiendo sin reparos a todo aquel que decida
iniciarse en este deporte, que hoy tiene además la posibilidad de
elegir su propio material y de no disponer de todo el “microcapital”
inicial necesario para poder empezar a volar. Al que quiera convencerse por si mismo le recomendaría que se pasase de visita como hice yo, que mirase, oyese, hablase, que se montase en tándem y que fuese ahorrando, porque tardará muy poco en tomar una determinación. JAVIER
Hola a todos, quisiera aprovechar la oportunidad que me están
dando para contar mi historia en lo que al vuelo se refiere para que la
sepáis y por si a alguien que las lea le pudiesen ayudar.
Mi primera experiencia fue con quince años en la que hice un
vuelo en ultraligero con un familiar, las imágenes de aquel día, y ya
han pasado 15 años, todavía las tengo en la cabeza y creo que marcaron
mis gustos para el resto de la vida. Me gusto mucho pero después de eso
no he tenido oportunidad de volar más, de ahí mi atracción con el
mundo del vuelo y de todo lo que vuela.
Pasados los años, empecé con la idea del aeromodelismo el cual
ha sido el inicio de mi trayectoria, siempre quise tener uno de esos de
radio control, esa idea siempre rondaba por mi cabeza hasta que un día
me regalaron una maqueta para montar. Tarde cuatro meses en terminarla y
la primera vez que la vi volar sentí una satisfacción enorme. Día
tras día en ese hooby te vas relacionando con el tema de la aeronáutica
y los vuelos hasta que un día que no sabría señalar en el calendario
me rondó por la cabeza la idea de que en vez de que volaran los
avioncitos fuese yo el que estuviese ahí arriba. En el aeromodelismo
conoces a gente verdaderamente apasionada con ese mundillo y así, así
conocí a un gran amigo que tenia la idea de volar igual que yo. El lo
intentó primero con los ultraligeros pero la experiencia no llego a
buen fin por lo costoso que es mantener un aparato de esas características
para personas con sueldos ajustadillos. Debido a ese alto coste tuvo que
abandonarlo, pero como las ansias de estar ahí arriba son muy grandes
se empezó a interesar por los paramotores. Yo seguía sus pasos desde
un segundo plano y mis ganas de volar aumentaban día tras día.
Empezamos con el Internet preguntando a mucha gente sobre todo los temas
de la seguridad, viendo fotos, videos y todo lo que uno se encontraba,
un día hablamos con un conocido que tiene un paramotor y nos lo estuvo
enseñando y nos contó su historia, como empezó, quien lo enseñó,
etc…Con eso un día nos presentamos en Sevilla donde él nos había
indicado y allí hablamos con varios que ya tenían paramotores y con
gente que enseñaba, allí fue donde conocimos a Marino que estaba dando
clase a dos hombres y estuvimos viendo como lo hacia. Después de ese día
se nos despejaron todas las dudas que teníamos sobre los paramotores
sobre todo en la seguridad que es donde más teníamos. Aquel día él
decidió comprarse uno y empezar el curso, que yo tuve que hacer un año
más tarde por esas cosas del dinero.
La elección de volar en paramotor fue sobre todo por lo barato
que resulta volar, por que lo puedes guardar en cualquier sitio y
transportarlo en tu propio vehículo y por la seguridad que tiene, aunque
por ahí ronde la idea de que no.
Ahora ya he realizado el curso de aprendizaje en el cual he
aprendido a volar de forma segura en un horario adaptado a mis necesidades, además
ahora tengo pequeños conocimientos de normas aeronáuticas y de
meteorología que antes no tenía y son muy útiles para volar. Creo que
hacer un curso para empezar a volar es necesario y el que yo he recibido
me ha gustado mucho por que se basa sobre todo en la seguridad y la
conservación del material. En él me deje aconsejar por el instructor
en lo que al material se refiere y estoy volando con un snap 100 y con
la vela R1 de Clemente que me están yendo de maravilla. Así que a
todos los que leáis estas letras y estéis pensando en hacer el curso
de aprendizaje os recomiendo la escuela con la que yo lo hice,
SEVILLAPARAMOTOR en Dos Hermanas.
Estoy disfrutando mucho de los vuelos que me doy y se lo debo a
Marino con el que he entablado una gran amistad
y al que aprovecho para mandarle un saludo y darle las gracias
por enseñarme a volar. Muchas gracias de un amigo, saludos a Miguel y a
PedroM5, hasta pronto.
|